jueves, 18 de marzo de 2021

15- El ojo de la cerradura

 Hace tiempo que no escribo por aquí, pero me gustaría retomarlo.

En el reto de hoy (aunque vaya con dos meses y medio de retraso, que se dicen pronto), debo crear un texto que responda a tres preguntas:

-¿Quién miró por el ojo de la cerradura?

-¿Por qué miró por el ojo de la cerradura?

-¿Qué es lo que vio?

Así que, teniendo el material, nos pondremos manos a la obra.


Guara nunca confió en los náufragos. Hablaban su lengua a la perfección, pero no tenían nada que ver físicamente con su estirpe. ¿Era simplemente cosa del azar que se cruzasen sus destinos?

Tampoco parecían llevar mucho tiempo navegando a la deriva sobre aquellos tablones, no estaban deshidratados, ni hambrientos, aunque uno de aquellos hombres sí parecía herido en un ataque pirata. 

Tenía el brazo lleno de astillas de madera, cosa que cuadraba con su coartada de haber recibido metralla tras el impacto de una bala de cañón dirigida a su nave mientras cargaban las armas en respuesta a la emboscada.

Pero hubo un detalle que le hizo sospechar: era raro que no aceptasen ayuda del médico de su barco, pero sí el instrumental que éste les ofreció. Así que decidió espiarles, mientras se hallaban en el camarote, emborrachando al herido al que pretendían retirar toda la madera de la que fueran capaces de librarle antes de que su invasión les forzase a amputar.

Guara no era capaz de escuchar gran cosa, y las palabras sueltas que lograba descifrar no parecían tener conexión entre ellas, ni mucho sentido a grandes rasgos. Pero no fue lo que percibió con las orejas lo que le paró el corazón un instante, sino lo que vio al echarles un vistazo por el ojo de la cerradura:

El herido, sobre la impresionante y marcada musculatura, plagada de cicatrices de incontables batallas, tenía tatuado un símbolo que reconoció a la perfección.

Su historia era con toda seguridad cierta, pero ellos eran los piratas.

sábado, 30 de enero de 2021

14-El voayeur

 La etapa de hoy me gusta bastante.

Se trata de elegir a alguien aleatorio por la calle, un desconocido, e imaginar una escena de su día. 

Inventarle una identidad. 

¡Voy a ello!

Varón, mediana edad, ropa informal, mochila. 

Parece un currante normal, pero en realidad es un actor buscando inspiración para preparar su papel: Un basurero inmerso en una trama policial gracias a su increíble parecido con un gángster encerrado en régimen de aislamiento. 

Sentado en un banco, juega con el teléfono en lo que llega el camión de la basura, al que espera todos los días para observar cada detalle en los movimientos de los trabajadores.

Trata de asimilar cada mueca, cada muestra de hastío, cada tic fruto de la manía, y hacerlo suyo. 

Para los basureros sólo es el loco de la libreta y las gafas de sol. 

viernes, 1 de enero de 2021

013 - El sobre misterioso

Ya que estrenamos año, continuaré con este reto. Está costándome más de lo que pensaba en un principio, pero poco a poco lo acabaré terminando. 

En la etapa de hoy, debo crear una escena empezando por esta frase: 


“El hombre de la gabardina metió el sobre en el buzón..."

Voy a ello:

... 

La lluvia caía con fuerza, pero la ocasión merecía soportar esa, y cualquier otra incomodidad. 

Antes de irse, tocó una campana que llevaba en el bolsillo, y, extendiendo sus alas, ascendió hacia el negro cielo a toda velocidad. 

Otro hombre salió de la casa a toda velocidad, corriendo hasta el buzón como si le fuera la vida en ello.

Lo abrió, cogió el sobre y volvió a entrar lo más rápido que pudo. 

Un perro dormía cerca de la chimenea encendida, ajeno a cualquier cosa. 

La mesa redonda del comedor estaba flanqueada por cuatro sillas. Una de ellas vacía, que terminó por ocupar el empapado y nervioso hombre.

-Parece que ya ha llegado la respuesta.-Dijo, abriendo el sobre lentamente.

Los otros tres le miraban en silencio, impacientes, mientras leía rápidamente y en silencio las letras escritas en tonos plateados.

Cuando terminó, se detuvo en silencio, mirando al infinito. 

-¿Y bien? ¿ Qué les parece? - Dijo el más joven e impaciente. Todos se volvieron hacia él mirándole con desaprobación. 

-Bueno, no nos dejan participar en la misión...- Hizo una pequeña pausa, pero continuó en cuanto atisbó la tristeza en los seis ojos que se le clavaron-... Aún. 

Tenemos que pasar una última prueba. 

-¿Qué prueba? - Esta vez preguntó el más anciano. A él nadie le miró mal. 

-Uno de nosotros no es él. Lo han sustituido. Debemos descubrirle y derrotarle en combate a muerte. Si lo hacemos bien, el original será traído de vuelta y todo el grupo estará considerado como cazador, y gozará de todos los privilegios, siendo miembros de pleno derecho del Gremio.-

Los sentimientos que les pasaban por la mente eran tan extremos y variados, que los cuatro se quedaron en shock. 

¿Cómo cumplir su objetivo? ¿Y si se equivocaban de infiltrado? 


viernes, 27 de noviembre de 2020

Opciones

 Estos días tengo algunos problemillas para poder continuar con el reto, aunque el día 1 de diciembre estarán solucionados. Así que, para hacer tiempo, contaré un breve relato que espero que sirva para que una parte concreta de la gente que me lee entienda mi postura ante un tema concreto.


Un hombre viaja en coche, es temprano y está cansado. El camino lleva demasiado tiempo siendo recto, lo que le aburre profundamente. Además ha amanecido muy nublado y no se ve bien, pero conduce a una velocidad prudente. 

El indicador de la reserva de gasolina, encendido desde hace varios días, no perdona y el coche termina parando finalmente.

El conductor baja del coche, tratando de buscar una gasolinera cercana, y la ve, pero su cara se llena de terror al ver dónde se ha detenido el coche. 

Está en mitad de una vía de tren.

Si se da prisa, puede ir a la gasolinera corriendo, comprar una garrafa con un par de litros que le permita llenar el depósito con combustible suficiente como para sacar el coche de la vía y llegar a la gasolinera para terminar de llenarlo ahí.

Se veía venir acabaría quedándose tirado al no reponer la gasolina que gastaba, pero no es momento para lamentar su dejadez. 

Una vez en la gasolinera, explica al dependiente su problema, y otro hombre que le oye, le dice que por qué no llenar parte del recipiente con agua y así abaratar costes. 

Él le mira incrédulo, pero en el establecimiento hay más gente a favor de esa teoría. 

Extraño, ¿no?

Ahora tengamos en cuenta de qué hablo. 

El coche es España, que se encuentra en una situación crítica y va a ser arrollada por el tren si no hacemos algo pronto. 

El conductor es un votante buscando solución. 

La gasolina, el partido que le parece más útil para mover el coche hasta donde lo quiere, a salvo, y con la oportunidad de seguir con su camino.

El hombre de la extraña propuesta es representante de un partido político acomodado en el poder, que quiere intentar convencer a la gente de que juntos podéis tener opciones igual, y aunque no es cierto, hay gente que sí se lo creyó. 

Y, en definitiva, es una explicación de por qué voto a VOX y les apoyo, y por qué rechazo al PP.

Mucho líquido no sirve, es necesario el combustible.

Qué es cada uno ha quedado más que claro ya. 

jueves, 26 de noviembre de 2020

Poniéndome al día.

 El objetivo de este blog es muy sencillo: completar un reto de 24 etapas que consiste en escribir un texto por cada una, empleando una norma específica, como tratar un tema, o escribir desde una perspectiva concreta.

En cuanto al plazo ya fracasé, me costó mucho más de lo que pensaba crear algo que realmente me tuviera conforme, y en más de una ocasión he publicado algo con lo que no estoy completamente satisfecho, pero supongo que forma parte del aprendizaje.

Gracias a un buen hombre al que respeto y admiro personalmente, Luis, de Libres2.0, se me ha ocurrido cómo sustituir el fragmento que no pude hacer por necesitar de varias personas según la norma. 

Esto lo hago con el objeto de entretenerme y entretener, pero sobretodo evadirme de la realidad. Nunca he escrito sobre política fuera de las redes sociales, a las que dedico ese tema casi en exclusiva.

Por eso me gustaría esbozar aquí mismo algunas ideas, sin profundizar demasiado en el tema, intentando no decantarme por ningún bando, sólo compartir algunos pensamientos.

Yo tuve un pasado radical, y tras una serie de sucesos demasiado extensos hasta para resumirlos, dejé atrás todo eso, colocándome en una situación que, viniendo del extremo, es completamente opuesta.

La única percepción que comparto desde siempre, y que seguro que tú que me lees compartes (incluso sin yo saber cuales son tus convicciones ni tú las mías), es algo tan sencillo como pensar que la gente vota mal. 

Y no es extraño, teniendo en cuenta que cuantas más opciones haya, más complicado es que uno de los grupos brille especialmente a nuestro gusto. 

Por ejemplo, si reúnes 100 sillas de un determinado rango de precio, quizá te parezcan interesantes sólo dos o tres modelos, al estar condicionado por tus propios gustos, pero también a cómo está decorado previamente tu hogar.

Pasa lo mismo con la música o el entretenimiento en general.

Es como si todo se pudiera organizar en una pirámide en la que en la base se encontrase lo más abundante y de peor calidad y en la cima lo más exclusivo y valioso.

Y ahí entran tambien los votantes. 

Así, en frío, dejo la reflexión.

lunes, 23 de noviembre de 2020

11 y 12-Manzanas

 La 11ª etapa del reto debía hacerse en grupo. Una persona escribiría parte de un relato, dejando leer al siguiente tan sólo la última frase de su fragmento. Éste último debería continuar a partir de esa frase sin leer el resto, para luego repetir la jugada con un tercero.

Como no tengo la posibilidad de escribir con gente, he intentado idear alguna fórmula similar, como usar los últimos tres mensajes de whatsapp, o algo así, pero no me termina de convencer la idea, así que paso al 12 directamente.

Manzanas. La frase con la que me toca empezar es esta:

"Ella gritó y soltó la cesta. Las manzanas rodaron hasta los pies del hombre…"

... que la miraba desde el rellano. Parecía miembro de la Guardia, pero su uniforme estaba roto e incompleto. Además incumplía la norma estética que prohíbe a los soldados ir sin afeitar durante el servicio.

El desconocido se agachó, tomó las tres manzanas sin decir nada y las devolvió a la cesta. Agarró ambas asas con una mano y la levantó, ofreciéndoselo de nuevo a la joven.

-Perdón por el susto. Sólo busco algo de agua para el caballo y un lugar donde asearme y dormir.- La voz no parecía pertenecerle. Físicamente no aparentaba más de treinta años, incluso con las canas que salpicaban su pelo. Pero más allá de lo que dijo, tras la frase parecía ocultarse una amargura absoluta, que dejaba claro que el uniforme no era lo único que necesitaba remiendos.

Ella, más tranquila tras ver el anillo de capitán en su mano, agarró la cesta acariciando tímida e intencionadamente su meñique, y le contestó asintiendo, mientras añadía a la respuesta una pregunta:

-¿Ha mejorado la situación por el Sur y estáis de regreso?- La esperanza en su mirada brillante caló en el soldado, que cayó desplomado a causa de sus heridas mientras respondía con un débil: "- No."

jueves, 29 de octubre de 2020

10- Narrador testigo

El Atraco.

Era jueves, y, como siempre, yo iba con prisa porque elegía el autobús que más apuraba mi tiempo libre, para llegar al trabajo con la hora lo más pegada posible.

Me bajé, pero un cordón policial me impedía el paso. ¿Qué habrá pasado? ¿Sería un accidente?

Varias cámaras de televisión enfocaban a una caja de ahorros. Y entonces pensé: "¿Será posible que estén atracando el banco?"

Pero no terminaba de creérmelo. No podía ser. En ese barrio nunca pasaba nada. 

Me equivocaba. 

La policía insistía en que nos alejásemos. Ya había un grupo numeroso de personas curioseando, y podría ser peligroso si la cosa se salía de control.

Una densa humareda comenzó a salir de la puerta principal y mi reacción fue mirar hacia las azoteas cercanas.

"¡Francotiradores!"

Veía tres, aunque estaba seguro de que habría más. 

De repente, y con gran estruendo, comenzaron a salir un montón de personas. Algunos llorando de miedo. Otros, temblando, tuvieron que ser llevados en brazos directamente por la policía.

Supuse que sería una maniobra de distracción mientras escapaban por otra salida, pero no parecía haberla. 

Tras unos minutos, imagino que tras negociar, salió el resto de los rehenes junto a tres encapuchados que fueron detenidos en el acto. 

Ese día también llegué tarde a la oficina, pero nadie me apretó las tuercas en ningún momento. Ni ese día, ni durante otras dos o tres semanas.

Fin. 

Bueno, supongo que sabréis que es ficción. Lo aclaro por si acaso. 

Nos acercamos a la mitad del reto. A ver qué nuevas etapas me aguardan.